Nuestro último articulo en Guía Hedonista lo dedicamos a Ramón Lizeaga, el maestro quesero vasco que nos dejó mucho antes de tiempo: a los 43 años y con un porvenir glorioso por delante. Una persona que sirvió de inspiración para muchos de los que luchamos por convertir el queso artesano en un medio de vida.
Coincidimos en la última edición de los World Cheese Awards, que se celebró en su querida San Sebastián, donde en el número uno de la calle Elkano tenía su selecta tienda de quesos, un lugar de obligado peregrinaje, y que nos sirvió de inspiración cuando abrimos La Majada Quesos.
De él hablamos en el artículo, en el que colaboró José Luis Abellán, de Quesos La Rueda, con unas hermosas palabras. También aquí vamos a recoger las de Joaquín Manchado, de Moncedillo, una pequeña fábrica artesanal de quesos y yogures de leche de oveja ubicada en Segovia, que ha querido sumarse al homenaje.
“Querido Ramón:
Nos conocimos en tu queseria y nos enseñaste tus interioridades, tu alma de autor. Desde ese momento, valoré tu trabajo como una revolución para el entorno vasco; hacer otra cosa, otro arte. Y pude ver tu entrega y satisfacción en lo que hacías. Apareció el de la guadaña, como dice mi madre, y te cortó los hilos sin esperar a que consumaras tu obra.
Desde aquí te mando un abrazo y mi máximo respeto. No nos olvides; para nosotros, será imposible”.